Siempre fuí una chica poco común, mi mamá me dijo que tenía un alma de leona, sin brújula moral que apunta hacia el norte, sin personalidad fija, sólo una indecisión interior que era tan ancha y tan vacilante como el océano. Y si dijera que no tenía intención de convertirme en esta persona que soy, estaría mintiendo -

Rara.

No les pasa que cuando les preguntan: "como estás?" responden un: "bien", pero de paja nada más? Ese "bien" que encierra miles y miles de cosas, de pensamientos y de sentimientos que te da mucha paja explicarlos.  Yo no puedo decir que estoy bien del todo, porque de a poco creo que todo se va recuperando, o volviendo a su lugar. Sacando cosas que definitivamente no vuelven más. Pero la vida sigue, creo yo, y siguen los quilombos y avanzan miles de cosas y uno la tiene que remar a full, porque "la vida sigue". Es lo único que me saben decir todos, pero bueno, a veces es difícil ponerse en el lugar del otro.   Básicamente quería contarles esto, y me voy.

Cada día nublado te desarmó un poco, cada momento oscuro te rompió un poco más. Sos inercia, viviendo sin saber cómo, pero viviendo al fin...